domingo, 7 de abril de 2013

Desde el día que empezaste a desaparecer, mi alma comenzó a deshacerse. A estas alturas ya me siento vacía, sin nada que me motive a seguir, sólo tú. 

Eres como una cicatriz que nunca terminará de cerrar, y cuando pienso que ya has desaparecido, esa cicatriz vuelve a abrirse y permanece en carne viva. Puedo tapar esa herida por un tiempo, pero al fin y al cabo, ésta vuelve a estar al descubierto. Tantas promesas que se las llevó el viento y tú, con ellas.




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